
Creemos que los estudiantes debemos ser parte de la producción social de conocimiento y para eso vemos fundamental comenzar a debatir ciertos paradigmas que predominan en nuestro ámbito académico. Romper con aquella categórica idea que separa la locura de la “normalidad”, es empezar a deshacernos de una idea demoníaca de la locura y acercarnos más y mejor a quienes padecen.
Como profesionales de la salud mental debemos cuestionar ese anónimo imaginario que la juega de Dios, y nos convence de que la locura está en las personas que sufren y no en aquellas que frente a esto actúan con indiferencia. Que la locura está en el que no se adapta y no en el que reprime y encierra. Que está en el asilo, o en las calles, pero nunca en el hogar.
Intentamos pensar desde un Más acá…el malestar en la cultura. Ese empuje constante del síntoma que no se contenta y golpea como Palabras Necias un muro enorme de oídos sordos, es el que responde a una sociedad que enferma. Si nada hace ruido ni molesta, si no hay síntoma que hable, es sencillamente imposible curar.
Enrique Pichón Rivière decía que la salud consiste en la adaptación activa a la realidad, poder ser conciente de la realidad en que vivimos para así transformarla. Para él la enfermedad era sinónimo de alienación. Una persona despojada de su capacidad de comprender críticamente su existencia y su potencial activo para transformarla, no puede sentirse plena. Sabemos que “poner en palabras” es saludable, sabemos que el síntoma manifiesta, dice algo, pues bien, escuchemos atentamente el malestar y animémonos a hacer algo liberador con él.
La muestra de fotos que exhibimos es una forma de empezar a decir de otra manera, una forma más de expresarnos, podrán ser charlas, seminarios, películas u otras actividades. Se tratará siempre de pensar críticamente nuestra realidad y construirla entre todos. Te invitamos a sumarte…
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