viernes, 10 de abril de 2009

El gobierno porteño mantiende dopados en neuropsiquiátricos a chicos en desamparo social

Son adolescentes que fueron derivados por hechos puntuales a alguna clínica neuropsiquiátrica y nunca más pudieron salir. Documentos del propio Gobierno de la Ciudad reconocen que están sobremedicados y que no hay motivos para que sigan allí. Tienen el alta médica, pero ningún organismo oficial se ocupa de ellos.
------------
Más allá de lo impresionante del hecho, la situación (que no creemos se trate de un caso aislado, sino de una manifestación de una lógica en salud mental y un conjunto de políticas gubernamentales con plena vigencia) nos llevó a reflexionar un par de cuestiones:
* Las condiciones en que viven los internados en las instituciones manicomiales, y lo absurdo que es pretender su restablecimiento y resocialización a través de prácticas (encierro, sobremedicación) que sólo pueden agravar y eternizar sus padecimientos.
* El rol jugado por el Estado, en este caso el Gobierno de la Ciudad, que al no tener como prioridad ofrecer condiciones de vida dignas a los chicos, convalida su abandono en una institución.
* Cómo el aporte que puede hacer el psicólogo como trabajador de la salud para mejorar la calidad de vida de uno o varios sujetos, se ve limitado o directamente anulado por el funcionamiento de ciertas instituciones, y los intereses de ciertos sectores. Eso abre el debate de cuánto podemos pensar nuestra intervención y nuestro rol profesional sin tener en cuenta esas políticas. El planteo, entonces, podría ser qué situación política y socio-económica puede ser un marco adecuado para desenvolver nuestras prácticas, y cómo actuar para producir tales situaciones.

-------------------------------------------------------------------------
5 de abril de 2009

EL GOBIERNO PORTEÑO MANTIENE DOPADOS EN NEUROPSIQUIATRICOS A CHICOS EN DESAMPARO SOCIAL
Atrapados sin salida

Son adolescentes que fueron derivados por hechos puntuales a alguna clínica neuropsiquiátrica y nunca más pudieron salir. Documentos del propio Gobierno de la Ciudad reconocen que están sobremedicados y que no hay motivos para que sigan allí. Tienen el alta médica, pero ningún organismo oficial se ocupa de ellos.

Por Mariana Carbajal

El gobierno porteño mantiene encerrados en una clínica privada neuropsiquiátrica a cuatro chicas adolescentes y un varón de 15 años con historias de profundo desamparo social y familiar, a pesar de que existen expresas indicaciones de profesionales del área de Salud Mental y de supervisores de la Dirección de Niñez del Ministerio de Desarrollo Social de que deben ser dados de alta y derivados a casas de medio camino u hogares con talleres terapéuticos, entre otras posibilidades de externación. Una de las chicas, incluso, tiene la posibilidad de vivir con una hermana si su familia recibiera un subsidio habitacional. Sin embargo, la única receta que les ofrecen es más encierro y en algunos casos sobremedicación. Por esos cuidados y esa atención, Desarrollo Social paga por día por cada jovencita entre 100 y 150 pesos. Otros cuatro chicos, de 13 a 15 años, tienen alta médica en el Hospital Neuropsiquiátrico Infanto Juvenil Tobar García y tampoco el gobierno les ofrece una alternativa para dejar esa institución. La Asesoría General Tutelar de Menores e Incapaces, que encabeza Laura Musa, expresó ya su preocupación al gobierno porteño por la grave violación de los derechos de estos chicos y chicas.

Las jovencitas tienen entre 16 y 21 años, vivieron gran parte de sus vidas en institutos, bajo la tutela de juzgados civiles. Llevan internadas en un neuropsiquiátrico privado entre veinte meses y cinco años en condiciones asimilables a la tortura, según describe un informe elaborado por especialistas del Programa de Atención Comunitaria de Trastornos Mentales en Niños, dependiente de la Dirección General Adjunta de Salud Mental, del Ministerio de Salud. El documento, que remitió ese ministerio al de Desarrollo Social y al que accedió Página/12, indica que en los últimos meses en la clínica privada Nuestra Señora de Luján, del barrio de Palermo, recibieron diariamente cócteles de varias drogas para mantenerlas dopadas, tuvieron como comida principalmente fideos, no se les ofreció la posibilidad de realizar actividad física ni salir cotidianamente a un patio y mucho menos, a pasear por el exterior. (...)

No hay comentarios: